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Hortus Botanicus

Hortus Botanicus (43)

Cuando uno cruza las antiguas puertas del Hortus Botanicus, parece dejar atrás todo un mundo, el de la ciudad, para adentrarse en un oasis casi de cuento de hadas, verde y lleno de vida; de una vida que no tiene nada que ver con los tranvías, las bicicletas y los trayectos “de casa al trabajo y del trabajo a casa”.

Situado cerca de otro respiradero de la ciudad, el Zoo Artis, es una muestra más de los actos de mecenazgo de los burgueses que, en el siglo XVII, cuando la prosperidad económica marcó la vida y la forma de la ciudad, apostaron fuerte por la construcción de palacios, parques y otras obras de arte. 

En este caso, el colectivo de médicos y farmacéuticos fueron los que lanzaron la iniciativa de la construcción de este jardín, con el objetivo de que en él se cultivaran plantas medicinales. Hasta el momento, a esta tarea se dedicaban los conventos, pero con su clausura a raíz de los conflictos religiosos. 

En 1638 se plantó el jardín, pero en un emplazamiento distinto. No fue hasta 1682 cuando se trasladó al Plantage y se convirtió en el Hortus Botanicus, buscando una doble función: jardín botánico y jardín de recreo. 

Además, muchas de las especies exóticas que circulan actualmente por Europa, llegaron con los comerciantes de la Compañía de las Indias durante los siglos XVI y XVII y se cultivaron en el Hortus Botanicus. Y del mismo modo que estas plantas de lejanos países llegaron a Europa vía el jardín, éste también fue el punto de partida de especies que después se implantaron en aquellos países. Como ejemplo, el cultivo de la palma del aceite, muy importante en Indonesia, o el cafeto que Luis XIV, el rey Sol, recibió del Hortus e hizo plantar en sus colonias americanas, convirtiéndose en el antepasado del café. En la actualidad, en el jardín se cultivan plantas curativas, pero también exóticas y ornamentales, sumando un total de cuatro mil especies diferentes. 

En el mismo recinto, no debes olvidarte de entrar en la Orangerie, un edificio de 1875 que funcionó primero como sala de lectura, y después como invernadero de especies lejanas, y que en la actualidad es un hermoso café en medio de la vegetación. 

Tres invernaderos hacen las delicias de los amantes de la botánica. En el primero, el de los Tres climas, se encuentran especies tropicales, subtropicales y desérticas. En el segundo, la Casa de las Palmeras, la arquitectura de ladrillos de inicios de siglo sirve de hogar a las palmeras. El tercero es el Invernadero de las mariposas, que constituye una de las mayores atracciones del Hortus. ¿y qué alberga en su interior? Pues como te puedes imaginar, está marcado por el aleteo de cientos de mariposas tropicales.

Ya en el exterior, el Jardín de Hierbas tiene plantas medicinales y aromáticas y el Semicírculo está cubierto por un precioso manto de flores.

Da igual cuándo visites la ciudad, porque el Hortus está siempre esplendoroso. Además, aquí podrás capturar instantáneas de especies que, o por su aspecto, o por su olor, o por su combinación imposible de colores, parecen realmente de otro mundo. Cuando regreses a casa y enseñes esas fotos, nadie va a creer que has estado solamente en Holanda.

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