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Extravagante, bohemio y delicioso. Así se podría definir el tranquilo barrio de Jordaan que, actualmente, es un orgullo para la ciudad de Amsterdam.
Pese a estar próximo al centro histórico, este barrio conserva un ambiente sosegado, de risas alrededor de un café y de conversaciones en los patios que lo habitan. Sus estrechas calles laberínticas llenas de macetas y flores que asoman por las ventanas, y sus minúsculos canales hacen del barrio una pequeña joya en la ciudad.
En el Jordaan puedes pasear por un laberinto de calles ribeteadas de tiendas llenas de extravagancias como pelucas de los años 70, viejos fregaderos, petos de alta costura o sillines de bicicleta de diseño. Son muchos los cafés y restaurantes que puedes encontrar aquí y, si buscas un ambiente animado pero no masificado, éste es tu lugar.
La presencia de jóvenes bohemios, artistas y artesanos lo explica, también, la historia.
El Jordaan fue construido al oeste del centro en el siglo XVII, el siglo de oro amsterdamés, debido a la prosperidad que conoció la ciudad y su consiguiente aumento de población. Los nuevos vecinos eran de origen obrero y popular, pero también se trasladó hasta aquí una parte de la pequeña burguesía inmigrante y los artesanos.
El barrio se construyó a la vez que se hizo la ampliación del cinturón de canales, hacia 1610. En esta zona no se alzaron grandes residencias palaciegas, sino pequeñas casas, ya que los canales eran estrechos y las calles poco más que caminos ensanchados. Por ello tampoco podían instalarse en la zona grandes compañías, sino que, por el contrario, llegaron pequeñas empresas artesanales de la que hoy sólo queda el nombre de algunas calles.
La planificación de este barrio se hizo oblicuamente, siguiendo el trazado de los senderos de los pastos, paralelos entre ellos. Esta expansión planificada de la ciudad se hizo separada de los grandes canales por Prinsengracht, hecho que mantuvo al barrio prácticamente aislado de la ciudad hasta inicios del siglo XX, cuando se estableció una línea de tranvía eléctrico para comunicar Jordaan con el centro.
De este duradero aislamiento dicen que viene dado el nombre del barrio. Y es que se cree que Jordaan era el sobrenombre que se le puso precisamente al Prisengracht, estableciendo el paralelismo con el río que separaba al pueblo israelí de la tierra prometida.
Pero ésta no es la única teoría que existe acerca del nombre del barrio. Si te fijas bien, paseando por Jordaan te vas a encontrar intentando descifrar los nombres casi imposibles de sus callejuelas. Pues bien, nombres como Bloemgracht, Rozengracht o Leliegracht significan canal de la flor, de la rosa y de la flor de lis. Se cree que estas calles se bautizaron así debido al nombre con el que se referían al barrio los hugonotes franceses recién instalados. Se referían al barrio como “jardin” y, de ahí, vendría la derivación hasta Jordaan.
Una tercera e incluso más rebuscada explicación es la que da el historiador Kannegieter. También está relacionada con los hugonotes franceses, que compararían el Prinsengracht, por entonces muy contaminado y sucio, con el río Jordanne de la región de Auvernia, de donde venían.
A finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, durante el proceso de industrialización, el barrio sufrió cierto deterioro, las familias se hacinaban en las pequeñas casas y los patios dejaron de cuidarse para tener otros usos.
El gobierno de la ciudad tomó medidas y, ya en los años 60, un proceso de restauración volvió a darle luz. Muchas de las familias de obreros que se habían instalado allí, progresaron y se cambiaron de barrio, y el vecindario fue sustituyéndose, progresivamente, por estudiantes, artistas, músicos e intelectuales.
Las galerías de arte, las tiendas de delicatessen y los restaurantes de mil y una nacionalidades; o la iglesia Noorderkerk, cuyo mercado de pájaros revive el espíritu popular. Todos ellos son regalos que te ofrece Jordaan en sus calles y canales. Este cóctel, mezclado con la calidez de sus vecinos, hacen que el paseo por el barrio se convierta, probablemente, en uno de tus mejores recuerdos de la ciudad.
Begijnhof (14)
El Barrio Rojo (8)
Hortus Botanicus (43)
Magna Plaza - Antigua Oficina Central de Correos (46)
Plaza de Spui y el Mercado de Libros (16)
Rembrandtplein (27)
Tuschinski Theater (50)
Bloemenmarkt - Mercado de las Flores (23)
El encanto del barrio de Jordaan (37)
Leidseplein (45)
Mercado de Albert Cuypstraat (41)
Portuguese Synagogue (18)
Sint Nicolaaskerk - Iglesia de San Nicolás (48)
Vondelpark (33)