ALREADY KNOW YOUR NEXT DESTINATION?
DOWNLOAD YOUR FREE AUDIOGUIDE

Museo Van Loon

Museo Van Loon (28)

Es necesario visitar una residencia palaciega como ésta para hacerse una idea de cómo vivía una familia acaudalada en el contexto de la Reforma protestante del siglo XVII.

Y es que este museo tiene un destacable interés tanto en su continente con su contenido. Con ello queremos decir que, independientemente del excepcional valor de la colección que expone, la mansión en el que está ubicado, dice mucho de una época de la historia de Amsterdam. 

Esta residencia se empezó a construir en 1671 según el proyecto del arquitecto Dortsman, que previamente había diseñado los planos de la iglesia luterana y del orfanato de Prisengracht. 

Este palacio tuvo varios inquilinos, el primero de los cuales fue un rico comerciante, J. Van Raey, que basó la ornamentación interior de las balaustradas en estatuas que representan a los dioses relacionados con sus especialidades comerciales: Marte y Minerva, por las armas, Vulcano, por el hierro, y Ceres, por el grano.  

Los últimos inquilinos de esta residencia palaciega, y a quien debe el museo su nombre, fueron la familia Van Loon, descendientes de los fundadores de la Compañía de las Indias Orientales. 

Como la mayoría de las casas de esta misma calle, la fachada del museo Van Loon revela muy poco de las riquezas que esconde en su interior. Y es que la ética calvinista condenaba la ostentación, y devotos nobles y burgueses lo tomaban al pie de la letra. Sólo en apariencia, por supuesto. Con ello queremos decir que, tras estos edificios presuntamente sobrios y austeros, se escondía todo un mundo de lujo y opulencia que distaban mucho de la parquedad ornamental que se deducía a primera vista. 

Así, lo más destacable de la fachada son sus ventanas, viradas a un violeta claro por el paso de los siglos. Muchos vecinos llaman al edificio del museo “la casa de las ventanas violetas”. 

Recorriendo el interior del museo, puedes hacerte una idea del tipo de vida que llevaban los burgueses de la ciudad hace siglos. Los salones revestidos de mármol, las antigüedades francesas e italianas, el mobiliario del siglo XVIII, las dependencias estilo Luis XV y, sobre todo, los retratos de la familia Van Loon son las estrellas de este museo. 

Para completar tu visita, te recomendamos que te acerques al jardín privado de la casa. Muy a la francesa, con sus estatuas y sus arbustos recortados, es representativo del gran número de jardines secretos de las viviendas de los canales.

Te parecerá que lo realmente auténtico de este museo es la sensación de integración que tiene el visitante. Es decir: ni barreras, ni rutas obligadas, ni cuerdas. Puedes moverte por las dependencias de este palacio, subir, bajar, inspeccionar y, en cierto modo, sentirte espía de otros siglos y otras vidas, como si todavía pudieses escuchar a los miembros del servicio preparando una recepción en el salón de al lado.

ALL POINTS OF INTEREST
This website uses cookies to ensure you get the best experience on our website

ACCEPT
+ INFO