El Vondelpark forma parte de la vida de todos los amsterdameses, quienes, orgullosos, no faltan a su cita semanal con el pulmón verde más grande de la ciudad. 

Viendo este vasto espacio integrado plenamente en la ciudad, creerás que el parque lleva aquí toda la vida, pero nada más lejos de la realidad. El Vondelpark fue diseñado y creado en 1864, y debía ocupar una zona que, hasta el momento, no era más que una ciénaga con un suelo húmedo y movedizo. 

En aquel momento, ya existía desde hacía años el parque zoológico del Artis, y el Nieuwe Park, como se le llamó en primer momento al Vondelpark, formaba parte de un nuevo proyecto de cinturón verde alrededor de la ciudad vieja, en el centro. Se encargó al paisajista y arquitecto L. D. Zocher. La iniciativa era de unos acaudalados amsterdameses que lograron reunir fondos para comprar ocho hectáreas en la zona. 

Zocher se puso manos a la obra con la transformación del descontrolado paisaje, y su inspiración, como puedes ver cuando paseas por aquí, fueron los parques ingleses: con avenidas, pequeños lagos con islotes, vastas extensiones de césped y zonas arboladas. ¿La intención de todo ello? Crear un entorno natural perfecto para los ciudadanos, especialmente para los ricos ribereños, que eran los que habitaban los barrios nobles donde se ubicó el parque.  

El parque se abrió al público en 1865, y en él los habitantes de la zona disfrutaban de largas caminatas y paseos a caballo. Dos años más tarde se colocó en el recinto la estatua del poeta holandés Joost Van Den Vondel, en honor del cual se dio el nuevo nombre al parque: a partir de entonces se llamaría Vondelpark. 

En 1877 se hizo un proyecto de ampliación en el que este inmenso jardín tomó su tamaño definitivo al adquirir 40 hectáreas más. 

El recinto se completó con otros atractivos destacables, como el bonito pabellón de hierro y cristal que, con los años, se ha transformado en el Filmmuseum, donde se proyectan películas a diario. 

A parte de este museo cinematográfico, en los aledaños del parque hay un par de edificios que merece la pena destacar. Uno de ellos es la Escuela de Equitación, que instaló aquí sus actividades en 1882. Con un tejado de metal inspirado en la Escuela de Equitación Española de Viena, es una curiosidad arquitectónica a la que merece la pena dedicarle un tiempo. 

Como curiosidad te recomendamos que te acerques a la calle Roemer Visscherstraat, a tan solo cinco minutos. Allí, podrás ver el conjunto de residencias llamado “Casas de siete países” o “Europa Unida”. Construidas a finales del siglo XIX, responden estéticamente a los estilos arquitectónicos europeos de siete ciudades diferentes: desde las ventanas ojivales del romanticismo alemán, a la miniatura de castillo francés del Loira, la villa morisca española, el palacete italiano, la residencia que imita a una catedral rusa, la casa clásica holandesa o el chalet inglés. 

Aunque en el pasado el Vondelpark era territorio de aristócratas y burgueses de clase alta, con el cambio de siglo acogió también a los obreros, que venían a disfrutar de este gran espacio. En los años 60, ya en el siglo XX, se llenó de hippies que vendían artesanía, músicos y mendigos, que fueron progresivamente retirados del parque debido a las quejas de los acaudalados vecinos. 

En la actualidad, este recinto es la zona verde más famosa y concurrida de Amsterdam, y debido a la gran expansión de la ciudad, su ubicación es ya casi céntrica. 

Con más de diez millones de visitas al año, el Vondelpark sigue activo y, cada día más, ofrece actividades variadas que hacen las delicias de todos. Conciertos de jazz, batucadas, carreras de patines y teatro al aire libre son sólo algunas de ellas. Pero si lo que quieres es visitar el parque con tranquilidad, alejarte del mundanal ruido, de la música, de los niños o de las más que habituales palomas urbanas, no te preocupes, en las decenas de hectáreas de este inmenso parque vas a encontrar tu rincón de paz.