La calle Princesa va desde Via Laietana a la Ciutadella y divide el barrio del Born en dos.
Un barrio de enorme historia, pero tan joven a la vez, con una comunidad muy variada y con una fuerte vibración cultural.
Flores colgadas en los balcones, ropa tendida recién lavada, calles estrechas, arcos, tiendas de moda, galerías de arte, talleres de artistas, restaurantes de diseño, locutorios, locales de copas... una mezcla muy especial que han convertido la zona en una de las animadas de la ciudad.
Caminar por su calles es conocer de manera directa la historia de la ciudad; empezando por la calle Princesa, plena de actividad tanto de día como de noche.
Una tienda indú, al lado una pakistaní, más allá una marroquí, luego una peruana... Una calle en la que puedes encontrar de todo. Incluso magia, porque en el número 11 de la calle Princesa encontrarás el Rey de la Magia, una minúscula tienda llena de encanto con artículos para hacer magia, fundada en 1881. Al final de la calle, te envolverán los aromas de la canela, el azafrán... del almacén de especias que hay, en frente podrás ver la casa dónde nació el famoso pintor Santiago Rusiñol.
Piérdete por el entramado de callejones sinuosos y estrechos del Born, para descubrir a tu aire el simpático bullicio de sus calles medievales. Aquí se encontraban gran parte de los artesanos y de los diferentes gremios, por eso el curioso nombre de las calles, por ejemplo, Cotoners, Algodoneros, Mirallers, mirall quiere decir espejo, o sea, los que hacían espejos, Sombrerers, la calle de los sombrereros...
La calle Argenteria, una de las más animadas, nos conduce hasta la basílica de Santa María del Mar. Enfrente del lateral de la basílica se encuentra la Plaça del Fossar de los Moreres, antiguo cementerio parroquial donde están enterrados los que defendieron la ciudad en 1714. En la plaza, restaurada en 1968, arde un pebetero que rinde homenaje a los héroes de aquella derrota.
Disfruta de esta zona siempre animada y llena de vida, recórrela, e incluso, si buscas bien puedes descubrir la calle considerada la más estrecha de barcelona, la calle de les mosques, de las moscas.
Hoy, el passeig del Born, es uno de los lugares imprescindibles para los más modernos de la ciudad y nadie diría que, hace siglos, fue escenario de torneos medievales.
