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Castell Montjuïc

Castell Montjuïc (88)

El perfil característico de esta montaña y de su castillo fortificado lo encontrarás en la mayoría de pinturas y grabados antiguos de Barcelona.

Porque Montjuïc, nombre derivado de “Mons Judaicos”, contaba ya con edificaciones en el año 1022, cuando se erigió allí el Castell de Port. Posteriormente, fue una atalaya medieval, llamada Torre del Farrel, utilizada para la vigilancia y orientación marítima.

 En 1640, tras la Guerra “dels Segadors” contra Felipe 4, Barcelona construyó en su cumbre una fortificación militar, el Castillo. Cuando la ciudad se rindió a las tropas borbónicas de Felipe 5 al final de la Guerra de Sucesión, el castillo fue convertido en prisión militar.

El castillo de Monjüic tiene además un profundo valor simbólico en la política catalana, al haber sido prisión y lugar de fusilamiento después de la Guerra Civil.  

En la vecina cantera llamada El Fossar de la Pedrera que ha dado casi toda la piedra de construcción a la ciudad de Barcelona durante toda su historia, fue fusilado Lluis Companys, presidente de la Generalitat Republicana, capturado por Hitler en Francia y extraditado a España. Fusilado el 15 de octubre de 1940 por el régimen franquista, no quiso que se le pusiera una venda en los ojos y murió gritando «estáis matando a un hombre honrado. ¡¡¡Por Cataluña!!!».

Después de 1940, y como resultado de largas negociaciones, el estado devolvió a la ciudad el Castillo.

Su estructura actual, en forma de estrella y protegida con diferentes fosos, murallas y fortines, fue proyectada en 1751 por un ingeniero militar, llamado Juan Martín Cermeño.

Notarás la fisonomía marcadamente militar del lugar ya en la entrada, cuyas puertas muy protegidas dan acceso, a través de dos empinadas rampas, a la gran explanada principal, que cuenta con los grandes cañones que defendían la fortaleza de los ataques desde el mar.

Una vez allí, puedes visitar el interior de esta impresionante fortificación tan significativa para la gran mayoría de catalanes. Aunque si no te apetece pagar la entrada siempre puedes dar un paseo por los alrededores del castillo y disfrutar de una vista inigualable sobre el puerto y el litoral sur de Barcelona que, por si sola, ya justifica la subida.

El Castillo de Montjuïc es un espacio de historia, de tranquilidad, de cultura. Además, puedes llegar utilizando uno de los medios de transporte más singulares de Barcelona: el teleférico, que asciende desde la Barceloneta. Una de las mejores formas de contemplar la ciudad, a vista de pájaro.

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