A principios del siglo 19, Barcelona aún estaba encerrada dentro de la muralla y
más allá de este recinto se extendía el llamado “Pla” de Barcelona, una zona poco habitada por pequeños núcleos situados alrededor de monasterios, iglesias, hospitales y alguna gran casa de vacaciones de la nobleza y de la alta burguesía catalana.
Fue en la expansión industrial de Barcelona cuando mucha gente del campo decidió ir a buscar trabajo a la ciudad. Los problemas de falta de vivienda y una gran epidemia causaron que la muralla que acababa en Plaça Catalunya se derribara finalmente en 1852, lo que facilitó que estas poblaciones alejadas se empezaran a anexionar a la ciudad de Barcelona poco a poco.
De entre ellas, encontramos lo que actualmente es el barrio de Gracia. Observando el mapa de la ciudad, es fácil imaginar la antigüedad de sus calles estrechas y sinuosas, y diferenciar los límites de la antigua Vila de Gràcia frente a la retícula característica de l’Eixample.
Con un pasado agrícola y ganadero con apenas unas pocas casonas edificadas, hasta la tupida malla actual residencial y de ocio, Gracia ha sabido mantener sus características propias que la hacen tan especial. ¿Por qué? Por sus fiestas tradicionales, por su diversidad, por sus galerías de arte alternativas, por su oferta de restauración... Tienes que pasear por sus calles peatonales y dejarte seducir por la esencia de este barrio que sigue funcionando como un pueblo dentro de una gran ciudad.
Actualmente, en Gracia podemos encontrar grandes joyas arquitectónicas del modernismo, como por ejemplo la “Casa Fuster” en Gran de Gracia del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, “la Casa Ramos” en la Plaça Lesseps del arquitecto Jaume Torres donde Almodóvar rodó su película “Todo sobre mi madre” y la “Casa Vicens” en el carrer Carolines de un joven Antoni Gaudí.
Aún así, el verdadero reclamo de Gracia es su gran oferta cultural y de ocio. En sus diversas plazas como la Plaça del Sol, Plaça de la Virreina, Plaça del Diamant i la Plaça Rius i Taulets encontrarás una gran concentración de bares y restaurantes con terraza que te permitirán disfrutar del clima barcelonés, entre otras cosas.
No te pierdas pasear por Gran de Gracia, la calle Verdi o la calle Torrijos por donde encontrarás restaurantes de grandes cheffs, talleres de diseñadores de moda, comercios étnicos y un gran etcétera que seguro te sorprenderá.
Y si tu estancia coincide con su Fiesta Mayor a mediados de agosto, podrás disfrutar de una Gracia con calles decoradas por las asociaciones de vecinos y vivir un auténtico ambiente de barrio y fiesta.
