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Sinagoga

Sinagoga (46)

En el corazón del Barrio Gótico se encontraba el Call de Barcelona. Y Call, del hebréo kahal, es la palabra catalana para referirse a las juderías o barrios judíos. Éste estaba situado entre las calles de l’Arc de Sant Ramon, Call, Bisbe y Sant Sever. En la época medieval esta comunidad había llegado a levantar hasta cinco templos de culto, aunque hoy sólo podemos encontrar uno de ellos en el número 5 de la calle Marlet, muy cerca de la Plaça Sant Jaume: la Sinagoga Mayor.

Este lugar había servido como depósito de materiales eléctricos y hasta que su propietario no lo puso a la venta en 1995 no fue redescubierto. Y antes de pasar a ser otro bar de moda, la Asociación Call de Barcelona lo compró para restaurarlo y recuperar el espacio.

La fachada principal orientada hacia Jerusalén y los dos ventanales de este muro confirmaron que este sótano era la Sinagoga Mayor del antiguo Call judío. Más tarde, las excavaciones descubrieron sus verdaderos cimientos: unas paredes romanas del siglo I hechas con piedra procedente de Cartago. Y es que la presencia judía en Barcelona se remonta a la época romana y ya en el año 212 el emperador Caracalla permitió la construcción de un edificio de culto para esta comunidad. Así, según los actuales propietarios, se puede afirmar que la Sinagoga Mayor de Barcelona es la más antigua de España e, incluso, de Europa. Tras el ataque al Call de 1391, el edificio pasó a manos del rey y lo alquiló a la familia D'Arguens, quienes instalaron una tintorería en el siglo 15.

En los alrededores de la Sinagoga Mayor aún se conservan algunos vestigios de la herencia judía en Barcelona. Pequeños comercios, anticuarios, e incluso pequeños tesoros escondidos, como los mikves o baños rituales judíos. Por ejemplo, en el número 10 de la calle Banys Nous encontramos una tienda de muebles, S'Oliver, donde podemos pedir permiso y así acceder a los antiguos baños para hombres. Eso sí, ahora encontraremos muebles en vez de baños, aunque merece la pena mirar al techo y comprobar el buen estado de conservación de las antiguas arcadas. ¿Y el baño de las mujeres? Un poco más allá, donde la calle Banys Nous coincide con la calle de la Palla, en la actual cafetería Caelum. Bajamos unas escalerillas y accedemos a los antiguos mikves donde bajo las arcadas de origen judío encontramos un espacio llamado la Cripta donde podemos tomar un café y algún pastelito hecho por las monjas de cualquier monasterio de Europa.

Y es que la huella de la comunidad judía en Barcelona ha sido y es muy evidente en la ciudad. En la calle Ferran la iglesia de Sant Jaume reemplaza a una antigua sinagoga desde hace varios siglos y por algunas porterías de edificios de la Volta del Remei o de l'Arc de Santa Eulàlia es posible ver los orificios donde antes se clavaban los mezuza con una plegaria enrollada en su interior. Incluso algunas construcciones del siglo 15, como el Palacio del Lloctinent, utilizaron losas del cementerio judío de Montjüic destruido tras la expulsión de la comunidad judía en 1492.

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