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Alexander Platz

Alexander Platz (22)

La Alexanderplatz no es precisamente una de las plazas más bonitas de Berlín, pero, eso sí, es todo un símbolo histórico de la ciudad. Con un nombre tan largo como éste, los berlineses a veces la llaman “Alex” para acortarlo un poco. 

En la Edad Media esta plaza fue un antiguo mercado de ganado y desde entonces hasta hoy siempre ha sido escenario de transacciones comerciales. Le pusieron este nombre en honor a la visita a Berlín del Zar Alejandro I, en 1805. A finales del siglo XIX se construyó una estación con el mismo nombre que la plaza y también edificaron un mercado justo al lado. Estos dos nuevos edificios terminaron por convertir la Alexanderplatz en un importante nudo de comunicaciones y en el centro comercial de la ciudad.

Pero el momento álgido de la plaza llegó en los años veinte, cuando su vitalidad y su intensa vida nocturna la perfilaron como el auténtico corazón de la vida berlinesa. Esta etapa incluso inspiró la novela “Berlín Alexanderplatz”, de Alfred Döblin, y un par de películas, una de ellas dirigida por el prestigioso director de cine Rainer Werner Fassbinder.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la Alexanderplatz quedó en la zona soviética, de modo que su restauración se llevó a cabo siguiendo los criterios estéticos del régimen, es decir, que se optó por reformas muy austeras. Con este cambio de imagen, la plaza quedó rodeada de edificios grises y sin ningún encanto y , así, el esplendor explosivo que vivió décadas atrás quedó muy muy lejos.

La plaza también fue escenario de manifestaciones masivas antes de la reunificación. En una ocasión en ella se llegaron a congregar más de medio millón de personas que se manifestaron a favor de la unión de las dos Alemanias. Cuando finalmente se derribó el Muro, reformaron la plaza una vez más, aunque esta vez los resultados fueron algo mejores que en las primeras reformas.

Alexanderplatz está rodeada de edificios relevantes, como el curioso Reloj de las Horas del Mundo. Como su nombre indica, su misión no es otra que informar de las horas de las capitales del mundo entero. La verdad es que sirve más como punto de encuentro.

A pesar de que con el tiempo sus alrededores han ido cambiando y sufriendo remodelaciones, la Alexanderplatz aún conserva su carácter socialista. Es interesante visitarla precisamente por este motivo, para realizar un pequeño viaje en el tiempo y captar la esencia de lo que fue la Alemania socialista.

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