De todos los museos que hay en la Isla de los Museos, el de Pérgamo es el más grande y también el más espectacular. Se edificó al estilo de un templo babilónico en 1930, según un proyecto de los arquitectos Alfred Messel y Ludwig Hoffmann.

Inicialmente el museo lo formaba un solo edificio, pero enseguida quedó claro que las colecciones del rey de Prusia no cabían en un solo espacio. De este modo se planteó su ampliación, convirtiéndolo finalmente en un edificio compuesto por tres alas.

Con los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial el museo sufrió graves daños y los objetos que albergaba fueron puestos a salvo en escondites del mismo edificio y algunos incluso fueron trasladados a Rusia. De hecho, tras la guerra parte de este patrimonio volvió a su sitio, aunque algunos objetos de la colección siguen aún en Rusia y se conservan en el Hermitage y en el Museo Pushkin.

Si dispones de poco tiempo para estar en la Isla y sólo puedes visitar un museo, vale la pena que elijas éste, porque alberga uno de los fondos más impresionantes y valiosos del mundo. Su muestra recoge la mejor colección de Arte Islámico de Europa y de Asia Menor, y también ricas colecciones de arte de todas las épocas. 

Pero, sin duda, la mayor joya de este museo es el Altar de Pérgamo, que no puedes perderte. Datado alrededor del 170 antes de Cristo, su friso de 113 metros y más de 100 figuras que representan la lucha de los dioses contra los gigantes, es sencillamente impresionante.

También podrás ver el propileo del templo de Atenea, la diosa de la sabiduría o las gigantes columnas del templo de Artemisa, la diosa de la caza.

No te pierdas tampoco La Puerta del Mercado romano de Mileto y la Puerta de Astarté. Reconstruidas pieza a pieza, son obras de valor incalculable. Todas ellas transportadas al museo directamente desde las excavaciones de donde se extrajeron.

Maravíllate con las piezas del Museo del Antiguo Oriente Próximo, y del Museo de Arte Islámico, con las Salas repletas de esculturas griegas, romanas de exquisita belleza. Realmente es un museo que no puedes perderte. 

El patrimonio de este museo procede en su mayoría de la frenética actividad de los arqueólogos alemanes en sus excavaciones en Oriente Próximo durante el siglo 19: sus maravillosos hallazgos fueron trasladados directamente al Museo de Pérgamo, donde cada año los visitan nada menos que 850.000 personas.

El edificio será parcialmente renovado a partir del 2008, aunque seguirá abierto al público.

Te recomendamos especialmente que cojas la audioguía que te ofrecen a la entrada, es gratuita, para que así no te pierdas nada de nada.