La Colina Gellért se alza a unos 230 metros al sudeste de la Colina del Castillo, entre los puentes Isabel y Libertad que cruzan el Danubio. Su nombre proviene del obispo benedictino Gellért, preceptor del príncipe Emerico, hijo de san Esteban, a quien se le encargó la misión de convertir al cristianismo a los magiares. El obispo tuvo una muerte trágica, ya que, según se cuenta, fue arrojado desde lo alto de la colina por un grupo de paganos en el interior de un tonel hasta caer al Danubio. Otras versiones, sin embargo, dicen que fue lanzado desde el puente de Isabel. Sea cual sea la historia correcta, lo cierto es que su fatal desenlace hizo que la colina recibiera su nombre.

Si te decides a subir a pie hasta la cima, tómatelo con calma, ya que la ascensión dura alrededor de media hora, pero las vistas que disfrutarás una vez llegues son sencillamente insuperables. Verás también que la cumbre está coronada por el conocido Monumento a la Libertad, así como por la fortaleza de la Ciudadela.

Hoy en día, los distritos de la colina están formados por parques, casas particulares y baños termales, que se sirven para sus instalaciones de las fuentes que manan del interior de la montaña. Los más famosos que encontrarás son los Baños de Rudas y los archiconocidos Gellért. Sin embargo, si no te emociona la idea de darte un baño, puedes simplemente acercarte a la sala de bombeo, cerca de los Baños de Rudas, donde tienes la posibilidad de beber por un precio módico una buena cantidad de sus aguas calientes y, según dicen, con propiedades curativas.