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Cais do Sodré

Cais do Sodré (28)

Aunque esta zona, a orillas del Tajo, no tiene monumentos históricos, ni bellas fachadas, ni establecimientos de lujo, el ambiente que desprende es absolutamente fascinante. 

La plaza de Cais do Sodré es la única de Lisboa donde se puede tomar cualquier medio de transporte, excepto el avión, ¡claro! 

Si en la época de los descubridores las carabelas partían a ultramar para descubrir nuevos mundos, hoy los ferries que parten de aquí hacen un recorrido algo más corto llevando a los trabajadores que vienen a Lisboa hasta la otra orilla del Tajo. Aquí puedes encontrar también una estación de metro, paradas de autobuses, tranvías y taxis, y la Estación de tren de los ferrocarriles que llevan a la costera Cascais. 

Siendo el vértice de los medios de transporte de la ciudad, podríamos decir que “todos los caminos llevan a Cais”. 

Situada al lado de la majestuosa Praça do Comerço, esta plaza está siempre viva. Con todo, la imagen que imprime la zona de Cais, como la conocen los habituales, es la de una parte ya periférica de la ciudad: el trazado de los cables de los tranvías, la suciedad en los charcos de agua que salpican las aceras, o las sombrías calles de los alrededores, repletas de bares destartalados. Una especie de trastienda de Lisboa que, sin embargo, conserva el palpitar del esplendor portuario de antaño.

Muy cerca, junto al río, se encuentra el viejo Arsenal da Marinha, donde antes del terremoto se construían las carabelas que protagonizaron los descubrimientos. En los aledaños, algo decadentes, podrás pasear entre unos puestos de venta de bacalao que se resisten al paso del tiempo. Si antes estos comercios abastecían de pescado salado y conservas a las naves y a los marineros, hoy en día puedes llevarlo a casa. En este caso, el olor del pescado sabe auténticamente a historia. 

La vida sin reglas de las zonas portuarias también se resiste al tiempo en forma de algunos de los bares de Cais. En el pasado, los marineros llenaban estas tabernas para beber y saciar su hambre... también de mujeres. Hoy, muchos de estos locales siguen igual, aunque con algunos neones de más.

Los buenos tiempos del puerto ya pasaron, pero los más atrevidos pueden respirar el olor, sentir la vida, escuchar el rumor y vivir el lado canalla de Lisboa en Cais de Sodré. 

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