ALREADY KNOW YOUR NEXT DESTINATION?
DOWNLOAD YOUR FREE AUDIOGUIDE

Jardim da Estrela

Jardim da Estrela (15)

Frente a la Basílica da Estrela podemos encontrar este encantador y apacible rincón del tradicional barrio de Lapa. Éste, el Jardim da Estrela, como es conocido por su nombre original y su emplazamiento, al lado de la iglesia, fue posteriormente renombrado como Jardim Guerra Junqueiro, en homenaje al poeta portugués. 

Con casi 5 hectáreas de zona verde, el jardín empezó a plantarse en 1842, durante el reinado de Doña María II, y la iniciativa de su construcción se debió al político portugués Bernardo da Costa Cabral, que había obtenido el título de Marqués de Tomar, pese a sus orígenes modestos. Con el apoyo de la reina y los donativos de particulares, en 1852 consiguió terminarse esta joya romántica situada en uno de los puntos más altos de la ciudad. 

Hay que destacar los preciosos portones de hierro forjado presentes en las cuatro entradas del jardín, así como un templete, también con un laborioso trabajo de filigranas en forja de hierro, datado del año 1884. En este pequeño quiosco, que en el pasado se ubicó en la actual Avenida da Liberdade, se realizan conciertos que uno no debe perderse si es buen amante de la música en un marco incomparable. 

Por eso, dando un paseo por el parque, podemos encontrarnos con una buena variedad de visitantes: desde los ancianos locales, que pasan las tardes conversando en los bancos cuando el buen tiempo lo permite, hasta los avispados conocedores de la rica programación musical del quiosco.

La construcción del jardín contó con la ayuda del arquitecto Pedro José Pezerat, así como los jardineros Joao Francisco y Jean Bonard. Y tras su finalización, por su trazado y por la concepción romántica, nacía en la capital portuguesa un parque diferente a los demás, un auténtico “parque a la inglesa”. En este marco, además, durante años se celebraron exposiciones de floricultura del extranjero, entre las que brillaban las dalias, las begonias o los crisantemos. 

En un paseo por estos jardines, uno debe perderse por las alamedas sinuosas y, si quiere, dejar pasar el tiempo alimentando a patos y carpas en el lago. 

Por muy increíble que parezca, más de ciento cincuenta años después, este pulmón urbano, sigue siendo tan íntimo y romántico como antaño.  

ALL POINTS OF INTEREST
This website uses cookies to ensure you get the best experience on our website

ACCEPT
+ INFO