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Las Joyas de la Corona

Las Joyas de la Corona (20)

Una de las principales atracciones turísticas de la Torre de Londres son las joyas de la Corona, expuestas en el Jewel House. Entre ellas se encuentran  valiosos objetos como cetros, ajorcas, orbes y espadas que se utilizan en los diferentes actos en la ceremonia de coronación. A parte de las joyas, tendrás la oportunidad de ver también unas espléndidas vajillas en oro y plata. 

La ceremonia de coronación se remonta al reinado de Eduardo el Confesor, en el siglo XI. Sin embargo, la mayoría de los objetos y alhajas se elaboraron en 1661 para la coronación de Carlos II, ya que la mayoría de los tesoros de la monarquía habían sido destruidos en años anteriores tras la ejecución de Carlos I en los revueltos años de la Guerra Civil de Inglaterra. 

Entre la extensa colección se encuentran 10 coronas de incalculable valor adornadas con miles de piedras preciosas engarzadas. Tres de ellas destacan especialmente. Por un lado, la Corona de la Reina Madre Isabel, ornamentada con el famoso diamante llamado Koh-i-Noor. El diamante tiene un peso de 105 quilates. En segundo lugar, podrás ver la corona de San Eduardo, que es la que se utiliza en la ceremonia de coronación.

Pero sin duda tiene especial interés la Corona Imperial de Gran Bretaña, que fue elaborada en 1838 para la reina Victoria. Esta pieza la lleva todavía hoy la reina Isabel II en solemnes ceremonias oficiales, como por ejemplo la apertura del año parlamentario. Rematada por una ornamentada cruz de Malta, y guarnecida por más de 2000 diamantes y casi 300 perlas, destacan en la parte frontal dos grandes gemas: el Black Prince’s Ruby y el diamante Culinan II.

Impresionan también otros objetos protagonistas de las coronaciones, como los anillos, la espada de Estado y el Orbe, una esfera de oro coronado por una amatista y una cruz que representa el poder del monarca británico como defensor de la fe y líder de la Iglesia Anglicana. Tal vez una de las piezas más increíbles es el Cetro de la Cruz, modificado en 1910 para que pudiera lucir el mayor diamante tallado del mundo, un gigante de 530 quilates llamado First Star of Africa.

Como anecdota está la curiosa historia del coronel Thomas Blood, que en 1671 intentó robar las joyas de la corona con unos compinches. Tras reducir al guardia, Blood escondió la corona bajo su capa, y su amigo Robert Perot se metió el Orbe en los calzones. Pero les descubrieron y fueron arrestados. Por avatares que nadie sabe explicar, Carlos II perdonó a Blood e incluso le concedió una pensión. Eso sí, los guardias aprendieron la moraleja y aumentaron las medidas de seguridad.

No pierdas la oportunidad de ver esta magnífica colección con algunas de las piedras preciosas más impresionantes del mundo, dignas de cualquier película de la Pantera Rosa, por ejemplo.

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