Por una de esas paradojas de la vida, el Smithfield Market, uno de los más antiguos mercados de Londres, se ha convertido, gracias a una reforma en la que se han invertido más de 100 millones de euros, en uno de los más modernos de Europa.
Eso significa que, pese a los años que han visto pasar sus muros, ahora las varias decenas de puestos que lo constituyen cumplen con las más estrictas normativas de higiene y seguridad, como por ejemplo en lo referente a las sofisticados sistemas de refrigeración.
Las crónicas cuentan que aquí se ha vendido carne desde hace 800 años y, de hecho, antes de convertirse en un mercado de carne parece ser que el lugar era conocido por la venta de ganado. Oficialmente, Smithfield recibió la cédula oficial para ejercer como mercado en el año 1327, en tiempos de Eduardo III.
El aspecto actual de Smithfield Market se debe a una serie de reformas que tuvieron lugar durante la década de 1860, cuando el Parlamento dio permiso para que se construyesen aquí diversos edificios. Estas estructuras victorianas fueron diseñadas por el arquitecto Horace Jones y constituyen el núcleo histórico del mercado.
Hoy en día, y pese a que la sombra alargada de las grandes superficies siempre amenaza a comerciantes como los de este mercado, Smithfield Market constituye el centro de referencia en Londres en venta al por mayor de carne y aves de corral. Para que te hagas una idea, cada año pasan por aquí 120.000 toneladas de mercancías. De hecho, las transacciones comerciales que aquí se realizan tienen una influencia directa sobre los precios de la carne en todo el Reino Unido.
Conocido por la calidad de la materia prima que vende, el Smithfield Market es un centro de peregrinación habitual de los mejores retaurantes, caterings y carnicerías de la ciudad.
Visitar este mercado te permitirá combinar la experiencia de contemplar una auténtica institución londinense y un conjunto de edificios de la época victoriana que forman parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Algunos pubs y cafeterías de la zona se han ganado una excelente reputación no sólo por su atractiva cocina, sino por su estética, así que, una vez visto el mercado, puedes quedarte a comer por la zona y relajarte antes de ir a ver la catedral de Saint Paul’s, que se encuentra en las proximidades.
