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Tower Bridge

Tower Bridge (22)

A finales del siglo XIX, la situación del tráfico que cruzaba los puentes sobre el río Támesis se había hecho insostenible. Las mayores aglomeraciones se concentraban en el Puente de Londres. Las dificultades que debían soportar tanto los peatones como el tráfico rodado empujaron a los gobernantes de la ciudad a plantearse soluciones drásticas. 

Fue en 1876 cuando la Corporation of London, la autoridad competente, decidió convocar un concurso público para acabar con el problema. El principal inconveniente que complicaba la nueva vía para cruzar el río era encontrar una solución que no perjudicase el intenso tráfico fluvial de ese tramo del Támesis. Para que te hagas una idea, es bastante revelador el nombre de la comisión convocada para analizar la situación: Special Bridge or Subway Committee, es decir, Comité Especial para la Construcción de un Puente o un Paso Subterráneo.

Finalmente, de entre los 50 proyectos presentados, se escogió la propuesta de Horace Jones, el arquitecto de la City, que trabajó en colaboración con John Wolfe Barry, hijo de sir Charles Barry.

La obra, que tardó 8 años en terminarse y se inauguró en 1894, dio como resultado el puente basculante más grande jamás construido. Su sofisticada maquinaria de doble báscula, accionada hidráulicamente con gigantescas maquinas de vapor, levantaba, pese a la complejidad del mecanismo, los brazos del puente en aproximadamente un minuto. La inclinación que alcanzan se acerca a los 90 grados.

Para cubrir la maquinaria se optó por dos torres de estilo neogótico, muy popular en aquella época, para las que se utilizó granito de Cornualles y piedra de Portland. Para la estructura de la faraónica obra de ingeniería se utilizaron más de 11.000 toneladas de acero. 

Dado que el tablero del puente se sitúa a 9 metros por encima del agua, cualquier embarcación que supere esa altura debe enviar una señal a los empleados del puente unos minutos antes de pasar. Unos semáforos sobre el puente permiten interrumpir el tráfico rodado para que las embarcaciones no tengan que esperar mucho más de un minuto. Sin embargo, en 1952 un autobús se saltó el semáforo y cruzó el Tower Bridge cuando los brazos ya se estaba levantando.

Los responsables del puente se jactan de que el mecanismo que permite la elevación de los brazos nunca ha sufrido una avería, y eso que hasta 1976 funcionó con vapor. Hoy en día es un sistema hiroeléctrico el que se encarga de accionar el mecanismo.

Si te atreves a subir 300 escalones, la pasarela superior, que fue cerrada en 1910 por falta de uso, está ahora abierta al público y ofrece estupendas vistas.

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