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Gran Vía

Gran Vía (31)

El nombre Gran Vía describe a la perfección el tamaño pero sobre todo la importancia de esta calle Madrileña. La gran vía es sin duda “la calle” de Madrid. En su día fue la vía más ancha, más moderna y más cosmopolita de la ciudad, y en el alma de todo madrileño, aún lo sigue siendo. 

Pero piensa que para poder urbanizar un trayecto tan céntrico como la gran vía, se tuvieron que demoler más de 300 edificios y ocuparse 11 parcelas y 33 solares sin edificar, además de hacer desaparecer catorce calles del Madrid viejo. 

Así, la apertura de la Gran Vía resultó ser la operación de cirugía urbana y de renovación del casco antiguo más importante que se había realizado en España hasta el momento. La obra tardó más de medio siglo en acabarse, y desde entonces pocos proyectos han alcanzado el mismo nivel de ambición transformadora. 

El proyecto de una gran avenida que atravesara el casco antiguo data de mediados del siglo XIX, justo cuando Haussmann estaba dotando a París de sus grandes avenidas y famosos bulevares. 

El propio pueblo de Madrid también quería una gran vía a la europea, para poder ir de compras o pasear. Esta idea quedaría fijada en la imaginación de los madrileños, y recogida por el teatro popular en la zarzuela “La Gran Vía”, estrenada el 2 de enero de 1886, mucho antes de que naciera la auténtica Gran Vía. 

Finalmente, en 1904 el monarca Alfonso XIII aprueba la Ley para la Construcción de Grandes Vías, lo que facilita enormemente los derribos y las expropiaciones necesarias para empezar una obra de tan importante envergadura. 

El proyecto será realizado por los arquitectos municipales José López Sallaberry y Francisco Andrés Octavio. Su intención era la de abrir un eje urbano que conectara la calle de Alcalá con la antigua plaza de San Marcial –la actual Plaza de España-. Las obras comenzaron en 1910 con los primeros derribos, aunque el proyecto final se ejecutaría dividiendo la obra en tres tramos diferenciados. 

El primer tramo construido entre 1919 y 1917 abría la Gran Vía desde Alcalá hasta la zona de Montera, en paralelo a la calle del Caballero de Gracia. 

Este tramo se conocería en un principio como Avenida del Conde de Peñalver, en honor del alcalde que había promovido la apertura. Sus edificios se levantaron con la intención de enfatizar la modernización de la ciudad. Así, la arquitectura de este tramo está cuajada de motivos art nouveau, fiel reflejo del Madrid optimista y económicamente pujante de la época. 

Algunos de sus edificios más representativos son, el Círculo Mercantil e Industrial, el Hotel Roma, el Casino Militar, la central de la Unión y el Fénix, o el edificio Grassy.  

Ubicado en este primer tramo también te encontrará con la famosa coctelería Museo Chicote. Este es uno de los locales clásicos de la noche madrileña, que no ha perdido el encanto de entonces y que además conserva la decoración art deco de la época. Por aquí pasaron a tomarse una copa personajes como Hemingway, Orson Welles, Dalí o el propio Pedro Almodóvar. 

El segundo tramo fue bautizado como avenida d Pi y Margall y ampliaba la Gran Vía hasta la plaza de Callao.  Este tramo fue construido entre 1922 y 1929 y se convirtió en el mejor escaparate de los locos años 20 madrileños. 

Si hasta entonces Madrid había mirado a París como fuente de inspiración, a partir de ahora el modelo que imitar iba a ser los Estados Unidos, concretamente Nueva York. Es por ello que en esta área empezarían a aparecer numerosos bares de corte americano, los primeros centros comerciales, y como no, los primeros rascacielos. De esos primeros rascacielos, destaca por su importancia el edificio de telefónica, construido en 1925 por el arquitecto Ignacio Cárdenas. 

Aprovechando la afluencia de público que esta segunda ampliación aportó a la Gran Vía, no resultó demasiado extraño que la zona se llenara de importantes teatros y cines, en lo que se ha llegado a conocer como el Broadway madrileño. Gran parte de esos teatros siguen funcionando en la actualidad, y es aquí donde podrás ver las mejores obras de teatro y los musicales más espectaculares de la ciudad. 

Como no podía ser de otra forma, este segundo tramo fue el primero en toda la capital en utilizar las entonces modernas, luces de neón. 

Finalmente, la construcción del tercer tramo se prolongará hasta 1950 y hará descender la gran vía desde callao hasta la actual Plaza de España. Este tramo, conocido antiguamente como avenida de Eduardo Dato, seguirá albergando importantes cines y teatros, así como algunos hoteles y bastante comercio. 

De todos estos edificios, tal vez el más representativo es el edificio Carrión, obra de los arquitectos Luis Martínez Feduchi y Vicente Eced. Este edificio fue un verdadero símbolo de vanguardia, y es sede del popular cine Capitol. 

Finalmente, déjanos insistir en que para muchos la Gran Vía es una especie de alma de Madrid. Esta avenida no duerme jamás y por aquí podrás ver pasar a todos y ver de todo. Por eso no te sorprenda si muchos madrileños en vez de hablar de la gran vía hablan nostálgicos de la gran vida. Porque esta calle es vida urbana en esencia; es Madrid en estado puro.

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