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Rastro

Rastro (17)

El Rastro es algo más que un excelente mercadillo de oportunidades. Es toda una institución cultural. Sin duda, el mejor mercado de oportunidades de la ciudad. Un lugar para perderse entre bolsos, turistas, obras de arte, los más variopintos vendedores ambulantes, y algún que otro carterista. Cautela.

Los madrileños acuden en masa los domingos por la mañana, encantados de cotillear las mil y una gangas repartidas en los innumerables puestos de venta. Porque al Rastro se va a mirar, a buscar, pero sobre todo se va a comprar. A comprar lo que sea.  

Este mercado dominical, ocupa el extremo oriental del barrio de la Latina, desde la plaza del Cascorro hasta la Ronda de Toledo, inundando por completo la Ribera de Curtidores y todas las calles adyacentes. El Rastro abre sólo los domingos, desde que amaneces, hasta aproximadamente las dos del mediodía. 

Cuentan que el Rastro existe desde hace más de cinco siglos. Su nombre hace referencia al “rastro” que dejaban  los hilillos de sangre que bajaban del antiguo matadero. Otros opinan que la policía acudía al mercadillo siguiendo el “rastro” de numerosas piezas robadas que se intentaban vender por la zona, y de ahí el nombre. 

Sea como fuera, el Rastro es un mercado con mucho encanto, en el que además de buscar, regatear un poco, y luego comprar, te permitirá saborear lo mejor de un domingo madrileño.

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