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Residencia de Estudiantes

Residencia de Estudiantes (50)

Lo mejor de la cultura española, y parte de la europea, se dieron cita entre las paredes de este centro. En la Residencia, la enseñanza y la convivencia resultaron ser un cóctel educativo que funcionaría la mar de bien. 

Fundada en 1910 por la Junta para Ampliación de Estudios. La Residencia de Estudiantes de Madrid nació para ser un complemento educativo a la universidad. Desde la Residencia se quería propiciar un diálogo permanente entre ciencias y artes y actuar como centro de recepción de las vanguardias internacionales. De hecho, la Residencia respondía a las nuevas ideas que en materia de educación había traído a España el krausista Francisco Giner de los Ríos. 

En un principio, la Residencia de Estudiantes se instaló en el número 14 de la calle Fortuny, en un edificio espartano en el que se contaba con lo imprescindible. Comenzó con quince alumnos pero pronto, y gracias a unas muy buenas relaciones sociales que llegaban hasta el rey Alfonso 13, consiguió gran importancia. El poeta Jorge Guillén fue residente en esta primera época y el también Juan Ramón Jiménez uno de sus más asiduos invitados.

En 1915 se traslada a la que será su sede definitiva en la Colina de los Chopos, calle del Pinar. La residencia la formarán una serie de edificios modernos de estilo neomudéjar provistos de los mejores adelantos de la época con unas instalaciones en las que la luz y el Sol eran los protagonistas. Alberto Jiménez Fraud -otro hombre vinculado al krausismo educativo- fue su director durante esta primera época. Bajo su mando la Residencia se convirtió en un vivero de convivencia, creación e intercambio artístico y científico en la Europa de entreguerras.

Entre los estudiantes de aquella época saldrían destacadas figuras de la cultura. Nos referimos a personajes tan importantes como el poeta Federico García Lorca, el pintor Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel y el científico Severo Ochoa. 

Además, intelectuales de primer orden eran invitados a menudo a comer, a impartir conferencias, a intervenir en las tertulias, o a organizar exposiciones.

Por el salón de conferencias pasarían las más altas personalidades de la cultura española y extranjera. Entre éstas figuran Albert Einstein, Paul Valéry, Marie Curie, Le Corbusier o Igor Stravinsky, además de los españoles Miguel de Unamuno, Manuel de Falla, José Ortega y Gasset, Pedro Salinas, Eugeni d'Ors o Rafael Alberti. 

La mezcla entre ilustres estudiantes y excelentes profesores invitados aseguraba un enriquecimiento intelectual y cultural. Pocos lugares en la historia del país  han servido para llenar tantas páginas de poesía, de filosofía, de pintura y hasta de cine como los salones de aquella residencia de estudiantes. 

Con el estallido de la Guerra Civil Española en 1936 la Residencia de Estudiantes, y todo lo que ésta representaba, ceden frente al régimen franquista. Sus instalaciones pasarán a depender del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

En la actualidad, hay voluntad política de convertir a la Residencia en el centro de la intelectualidad que una vez fue. El centro invita a destacadas figuras mundiales de las artes y las ciencias, que vienen a ofrecer charlas, conferencias y hasta recitales poéticos. 

Se organizan numerosos actos, exposiciones, conciertos, mesas redondas... que la convierten en un espacio abierto al debate, la reflexión crítica y la creación. Hoy la Residencia es, de nuevo, uno de los centros más originales del panorama cultural español.

Además, está abierta y admite visitas. Sin duda, una buena alternativa para empaparse de cultura, al margen de iglesias y museos.

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