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Jardines de los Champs Elysées

Jardines de los Champs Elysées (11)

En un principio, estos jardines fueron creados para que el rey tuviera una buena perspectiva desde las Tullerías. Más tarde, en esta misma zona, el pueblo se reunía para ver las decapitaciones patrióticas propias de la Revolución Francesa.

Por fin en 1838 Jacques Hittorff fue quien concebió la Place la Concorde y los Jardines de los Champs Elysées más o menos como los conocemos hoy. Con su proyecto se iluminaron los jardines con bonitos candelabros, se añadieron siete fuentes espectaculares y se construyeron nuevos y modernos edificios. De todos ellos, hoy sólo se conservan los pabellones Ledoyen y Laurent. Y es que estos jardines lucían tanto entonces que fueron el recinto para la Exposición Universal de 1855.

Fue poco después cuando el público que se había trasladado a los Grands Boulevards regresaba a estos jardines que volvían a ofrecer una más variada oferta de ocio con circos, panoramas, georamnas, cafés y teatros. Desde luego, mucho mejor que venir a ver rodar cabezas. En el extinto Cirque d’Eté, Héctor Berlioz dirigía conciertos. Offenbach se ocupaba del teatro de los bufos parisinos. Era una época en la que los parisinos podían dedicarse al ocio.

En 1859 el ingeniero francés Jean Charles Alphand volvió a reestructurar los jardines, según el encargo de Hausman. Sus trabajos de esta época fueron tan brillantes que acabaría por dirigir la Exposición Universal de París de 1889.

Justo aquí, existió uno de los grandes panoramas de París, conocido como el Panorama Hittorff, que entretuvo al público desde a 1894. Luego, este mismo espacio pasó a ser Le Palais des Glaces o, lo que es lo mismo, El palacio de hielo, una pista de patinaje para el ocio de los parisinos. Y desde 1891, se convirtió en el actual Théatre du Rond-Point. También a finales del siglo 19, en 1880, se construyó otra gran sala de espectáculos: el actual teatro Marigny, obra del mismo autor de la Opéra de París.

Ya en los principios del siglo 20 estaban de moda los café-conciertos: Guilbert, Chevalier y otros músicos llenaban el Pabellón de los Embajadores, actualmente el Espace Cardin construido en 1931, el más nuevo de estos edificios.

Pasea con tranquilidad por estos jardines y trata de evocar la efervescencia de la sociedad de finales del 19 y principios del 20. Si te esfuerzas, seguramente aún podrás escuchar alguna pieza musical de entonces y el murmullo del público.                    

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