Al mismo tiempo que París iba creciendo como ciudad en la superficie también lo iban haciendo sus entrañas. Y hoy tienes la posibilidad de descubrir todo este mundo subterráneo, pues se organizan visitas guiadas.

Aunque no es apto para todos los públicos, sobre todo para los más sensibles. Una visita a las catacumbas es de lo más interesante. Y se han convertido en uno de los cementerios más famosos de París. 

Consiste en una red de túneles y salas subterráneas localizadas en lo que, durante la era romana, fueron minas de piedra caliza. Las minas fueron convertidas en un cementerio común a finales del siglo 18.

En 1786 se emprendió un ambicioso proyecto en la ciudad. Poner fin a los problemas de salud e higiene que suponían los rebosantes cementerios de Paris. Por ejemplo el distrito de les Halles sufría de enfermedades por la manipulación incorrecta de los cadaveres del cementerio Saints Innocents.

Se retiraron millones de cráneos y huesos del cementerio y se trasladaron a los túneles de las antiguas canteras. 

Poco a poco se fueron acumulando los restos de aproximadamente 6 millones de parisienses provenientes de multitud de cementerios.

Se tardó 15 meses en trasladar los huesos y cuerpos en descomposición en enormes carros a través de la ciudad. Los trabajos se hicieron de noche. 

Poco antes de la Revolución el conde d’Artois, que posteriormente sería Carlos X, organizaba fiestas en las catacumbas. Las catacumbas se habían convertido en una macabra atracción para los parisinos. Un siglo después, un concierto clandestido celebrado en las catacumbas en 1897 fue la comidilla de París en la época. Y durante la II Guerra Mundial la Resistencia francesa estableció aquí su cuartel general.

Después de trabajos de saneamiento y adecuación, las catacumbas fueron abiertas al público el 14 de junio de 2005. Solo se puede visitar un kilómetro y medio, de los más de 300 que tiene en total.

No se puede deambular por las catacumbas sin un guía oficial, está incluso multado. El sistema de túneles es demasiado complejo, es muy fácil perderse y hay pasadizos demasiado estrechos y bajos que se inundan fácilmente, además, no hace muchos años, las autoridades parisinas descubrieron que en el interior de las catacumbas se practicaban rituales siniestros, como misas negras, o que actualente los jóvenes las recorren en busca de emociones fuertes. Por esta razón se creó una policía especial que patrulla las catacumbas. 

Sin embargo existen entradas secretas a lo largo de París, lo que permite entrar a las catacumbas por medio de las alcantarillas, el metro...

Pero bueno, nosotros te recomedamos que hagas la visita oficial, tras descender unos 20 metros por sus 130 escalones te espera una visita de lo más especial, donde encontrarás, por ejemplo, uno de los puntos más impresionantes de las catacumbas: la rotonda de las tibias, también conocida como cripta de la pasión. Una fina columna sirve de apoyo a una estructura compuesta de huesos y cráneos. 

Así que, ya sabes, si quieres conocer esta parte de la historia de París, anímate a visitarlas, que no te amedrente el cartel de la entrada de las catacumbas que advierte al visitante: “¡Alto! Éste es el imperio de la muerte”.