El Louvre es el museo de museos.

Es el más grande del mundo. Y con la remodelación aún más. Cuando fue inaugurado a finales del siglo 13 contaba con 2.500 obras y objetos de arte, mientras que ahora y gracias sobre todo a la última remodelación de 1989, el proyecto del Grand Louvre de Miterrand, hay expuestas más de 30.000 piezas.

Las colecciones reunidas en el Louvre son inmensas, tanto por su riqueza como por su magnitud. Y se agrupan en ocho departamentos: Antigüedades orientales, antigüedades egipcias, antigüedades griegas, etruscas y romanas, arte del Islam, esculturas, objetos de arte, pinturas y artes gráficas.

El Louvre muestra obras de arte anteriores a 1848; las obras posteriores se muestran en el Museo de Orsay y el arte contemporáneo en el Centro Pompidou.

Se dice que se tardarían 9 meses en echar un vistazo a cada una de las piezas de arte.

Pero para que al menos no te pierdas una de las más famosas, no puedes dejar de ver La Gioconda, más conocida como Mona Lisa. Un retrato obra de Leonardo Da Vinci, datado entre 1503 y 1506. 

Su enigmática sonrisa ha encandilado ya a medio mundo, pues es el cuadro más famoso del Louvre. Y aún más desde que Dan Brown la convirtió en una pieza clave en su best seller El Código Da Vinci. No es extraño ver a muchos de los visitantes con el libro en las manos.

Su sonrisa es todo un misterio. Al igual que todo lo que rodea a la obra. Mona en italiano es la contracción de Madonna, Señora. Por tanto, la señora Lisa, y parece confirmado que la mujer era Lisa Gherardini, la esposa de 24 años de un comerciante florentino: Francesco del Giocondo. Aunque en realidad, poco se sabe, se ha especulado mucho acerca de su sonrisa, desde que lloraba la muerte de su esposo a que incluso era la amante de Da Vinci. 

Leonardo retuvo consigo el retrato hasta su muerte, no dejó de trabajar en él y, por supuesto, jamás se lo entregó a su cliente. De sus manos pasó a la colección real de Francia y hoy la puedes ver protegida por un panel blindado y envuelta en un remolino de turistas . 

Afrodita o la Venus de Milo es una de las esculturas más importantes, está considerada una de las obras maestras del arte griego helenístico. Al igual que la espectacular figura alada; la Victoria de Samotracia que te encontrarás frente a la sala 1, los impresionantes Caballos de Marly de Guillaume Cousto o los enormes Toros de Jorsabad que protegían el palacio asirio de Sargón II.

Imperdibles también las grandes obras del Renacimiento de Michelangelo, Rafael, Botticelli o Tiziano.

El Louvre alberga obras de arte provenientes de civilizaciones, culturas y épocas variadas. Déjate maravillar por todo su arte, desde piezas de la antigua Mesopotamia a obras maestras de la pintura europea de Rubens, Rembrandt, Goya, Zurbarán... Un festival para los sentidos. 

Piezas egipcias, griegas, etruscas, romanas... el fondo de antigüedades del museo es extraordinaria.

Además, con el término objets d’art, objetos de arte el museo engloba un amplio surtido de piezas artísticas decorativas como joyas, muebles, tapices, vajillas de plata, cristalerías, piezas de marfil, de bronce, esmaltes, porcelana, instrumentos, armaduras... más de 8.000 piezas de diferentes periodos y países.

Y por si te parece poco... el Louvre acoge otros 3 museos: el Museo de las Artes Decorativas, el Museo de la Publicidad, y como no, en la capital de la moda no podía faltar el Museo de la Moda y el Tejido.

Así que, como tienes mucho por ver, vamos acabando el audio.

Debajo del Arc de Triomphe du Carrousel , erigido en 1805 para celebrar las victorias napoleónicas, está el Carrousel du Louvre, un gran espacio donde encontrarás una exposición sobre la historia del Museo, una cafetería, un restaurante, una librería, auditorios para conciertos, conferencias y películas, y el Ciberlouvre con acceso on-line a unas 20.000 obras de arte. 

También hay un centro de información donde puedes adquirir guías y audioguías para tu visita al museo, muy útil es la guía de las obras maestras. Incluso puedes apuntarte a las visitas guiadas en grupo en tu propio idioma.

Todo preparado para que tu visita al museo sea perfecta y apasionante. Ahora solo queda que ¡Disfrutes de uno de los mejores museos del mundo!

Por cierto, si después de ver tanto arte te apetece  pasear y ver otro tipo de cosas, te aconsejamos que sigas por la Rue de Rivoli, encontrarás amplios soportales llenos de lujosas tiendas, galerías de arte y librerías. Y ya sea verano o invierno te recomendamos que vayas un poco más lejos hasta el número 226 donde en Angelina se sirve el que dicen, el mejor chocolate caliente de todo París.