Estás en una esas pocas plazas emblemáticas y mundialmente conocidas de París.

Soberbia y austera a la vez, la Place Vendôme es una de las más grandes de toda la ciudad y en los edificios que la rodean puedes encontrar bancos, joyerías de prestigio e incluso el Ministerio de Justicia. Si además de las joyas, también te gusta la alta costura, no te pierdas los comercios de la Rue Saint-Honoré, muy cerca de aquí, de camino a la Rue de Rivoli.

La plaza fue un encargo de Luis XIV a Jules Hardouin-Mansart, arquitecto francés de renombre en el barroco. Situó la obra en unos terrenos del duque de Vendôme y diseñó una plaza cuadrada, abierta hacia el sur. Más tarde, a mitad de su construcción, el propio Luis XIV quiso que se modificara el proyecto para que fuera octogonal. Para aquel entonces, en su centro se erguía una estatua del propio Luis XIV, vestido de emperador romano.

Entonces, Mansart cerró los cuatro lados de la plaza y realizó los retoques necesarios en las esquinas para que en realidad tenga 8 lados y poder contentar al rey. Más adelante, para permitir que el tráfico llegara hasta la plaza, se abrieron las calles de Castiglione hacia la Rue de Rivoli y, hacia el otro lado, la Rue de la Paix hacia la Place de l’Opéra. Y así la estás viendo hoy.

La estatua que había mandado erigir Luis XIV fue destruida y sustituida por una estatua de la libertad, durante la Revolución Francesa. Y conforme iban sucediéndose los acontecimientos del país, se iba cambiando la escultura. Aquí estuvo Napoleón, Henri IV, una gran flor de lis y al final Napoleón, de nuevo.

Si has estado en Roma, quizás te recuerde a la Columna Trajana, y es que está totalmente inspirada en ella, para homenajear las campañas militares de Napoleón. De hecho, en sus 43 metros y medio de altura podrás ver una espiral de bronce que está realizada con los 1200 cañones que se capturaron en la batalla de Austerlitz. Por eso, antes de ser conocida como la Colonne Vendôme se llamaba la Colonne d’Austerlitz.

En sus bajorrelieves podrás observar detalles de las batallas napoleónicas, realizados por diferentes artistas.

El proyecto original de Luis XIV era utilizar la plaza como sede a academias y embajadas, pero fueron los banqueros los que se trasladaron aquí y mandaron construirse los grandes y lujosos palacetes que puedes observar.

Entre sus habitantes ilustres se puede contar al músico Frederic Chopin, que vivió y murió en el número 12.

Y también en esta plaza está el primer hotel Ritz, construido en 1898. Por sus habitaciones han pasado huéspedes como Greta Garbo, Audrey Hepburn, Maria Callas o Coco Chanel, quien vivió aquí durante 30 años en una suite privada, hasta su fallecimiento a los 87 años.

Diseñadores de moda, directores de cine, cantantes, la realeza, famosos del momento... aquí puedes cruzarte con las personalidades más chic del panorama internacional. Tampoco te pierdas una visita noctura a este lugar, es espectacular.