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Piedra De Arpoador

Piedra De Arpoador (17)

Se dice que antiguamente, en esta zona de la costa brasileña, se reunían tal cantidad de ballenas que los pescadores podían pescarlas desde la orilla con arpones. El nombre empezó a extenderse y por eso mismo hoy en día conocemos esta playa como la Playa de Arpoador. 

En Arpoador hay una divertida mezcla, puedes encontrar una tienda de surf, locales para tomar algo de lo más cool, junto a uno de los llamados “antiguos” como Pin Pin Zumos: un boteco donde tomarte un buen zumo o como Pigalle, uno de los pocos restaurantes que siguen sirviendo el rodizio de petiscos, el interminable tapeo con decenas de platitos.

Separando las playas de Copacabana e Ipanema, la playa de Arpoador es lugar de encuentro y reunión de los aficionados al mundo del surf, no tan solo durante las horas en las que el sol todavía despunta en el cielo, también por la noche. Gracias a la instalación de luz artificial, los surfistas más osados pueden cabalgar esas olas nocturnas. 

La Playa del Diablo, apodada así por las corrientes y las fuertes olas que se crean en ella, es otra de las playas escogidas por los surfistas más valientes y expertos, y está localizada en el lado opuesto de la Piedra de Arpoador. Pese a que puede ser un buen lugar para hacer alguna que otra foto, no te recomiendo nadar en esas aguas si no lo ves completamente claro. Recuerda que las corrientes, y más en el Océano Atlántico, son bastante traicioneras y esta playa bastante peligrosa incluso para los mismísimos cariocas.

Pero la playa de Arpoador no solo es punto de encuentro para muchos de los amantes del surf de la zona, también es destino obligado para aquellos que quieren disfrutar de uno de los mejores atardeceres del mundo. 

Paseando por el paseo marítimo de Ipanema, cruzándote con la famosa estatua de bronce a tamaño real que hizo Christina Motta en homenaje al famoso fundador de la bossa nova Tom Jobim cargando con su guitarra, llegarás a la Piedra de Arpoador que, sobre todo en verano, se convierte en uno de los lugares más concurridos de todo Río.

Sobre las siete de la tarde, multitud de personas se acercan hacia esta zona de la playa y suben la piedra para presenciar uno de los atardeceres más bellos de Rio de Janeiro.

La gente busca su hueco entre las rocas para ver la puesta del sol hasta el momento mágico en el que desaparece y todo el mundo empieza a aplaudir por lo hermoso del espectáculo.

En verano el sol parece fundirse con el mar, y en invierno, el Morro de Dois Irmãos se traga la gran esfera solar. 

Las agradables temperaturas de esta hora de la tarde, las maravillosas y fantásticas vistas y la magia que parece envolver ese momento son, sin lugar a dudas, una experiencia que no va a dejarte indiferente y que vas a recordar siempre.

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