El Gran Canal, la arteria principal del entramado de canales venecianos, es una gigantesca S invertida de 4 kilómetros de largo que, en su recorrido sinuoso, recorre toda la ciudad como lo haría una gran avenida en una urbe convencional.

Llamada  Canalazzo por la población local, esta gran vía de vital importancia en las comunicaciones de Venecia, tiene una anchura mínima de 30 metros, aunque sus orillas pueden llegar a estar separadas por más de 70. Antaño, en tiempos de la Serenísima República, fue testigo del frenético ir y venir de galeras y barcos comerciales cargados de todo tipo de mercancías. Hoy está poblada por lanchas, vaporetti y, cómo no, góndolas. 

Recorrer el Gran Canal es, en sí, una actividad tremendamente excitante, ya que delante de los ojos del visitante se va sucediendo un majestuoso despliegue de los abundantes palacios que dan testimonio de la opulencia de los antiguos habitantes de la ciudad. 

Aunque hay varias líneas regulares de vaporetto que cubren el trayecto, es especialmente recomendable la línea 1, ya que, al detenerse en todas las paradas, se desplaza de manera más lenta, lo que, evidentemente, permite apreciar mejor los detalles. Sale de Piazzale Roma y llega hasta la Piazza San Marco, para luego partir hacia el Lido.  

Durante el mes de septiembre tiene lugar aquí la Regatta Storica, un evento que recuerda el glorioso pasado naval de la ciudad, y en el que embarcaciones de época, pobladas por tripulantes con los trajes correspondientes, recorren las aguas del Canalazzo seguidos en procesión por decenas de otros barcos y góndolas, que se unen en júbilo al espectáculo.

Tradicionalmente, las dos orillas del Gran Canal han sido unidas por tres puentes, el de Scalzi, el de Rialto y el de la Accademia. Sin embargo, en 2007 se colocó un cuarto puente, diseñado por Santiago Calatrava, a la altura de Piazzale Roma. No exento de polémica debido a su estética moderna, el puente, conocido como La Pasarela de la Luz, simboliza, para muchos venecianos, que la ciudad, pese aus ancestralesr raíces, mira con fuerza hacia el futuro. De hecho, podríamos decir que el puente tiende lazos entre la mítica historia del pasado y la que todavía está por escribir.