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I Gesuati

I Gesuati (43)

Las líneas clásicas de la fachada de este templo, que puede recordar la extrema depuración de otra iglesia veneciana, la Chiesa del Redentore, levantada por Palladio en la Giudecca, son uno de los elementos más reconocibles del muelle del Zattere.

La iglesia debe su nombre a la orden religiosa de los jesuatos, que hasta 1688 ofrecía sus servicios en los hospitales. Censurados por causas morales, los Gesuati fueron disueltos por las autoridades eclesiásticas, encabezadas en esos momentos por el papa Clemente IX. Los terrenos que ocupaban su convento y su iglesia, Santa Maria della Visitazione, fueron entregados a los dominicos.

En 1724 se le encargó al arquitecto Giorgio Massari la construcción de una nueva iglesia, y tras recaudar los fondos necesarios se procedió a la edificación en 1726. La obras duraron 10 años, y también se construyó, aunque quedó incompleto, un monasterio en la parte trasera. 

Pese a que el exterior del templo, presidido por 4 grandes columnas jónicas y un frontón triangular con un óvalo central, tiene un idudable atractivo estético, los grandes tesoros de I Gersuati se encuentran en su interior, que ostenta una generosa y exuberante ornamentación. Con una única nave alargada y de forma rectangular, I Gesuati presenta, además, una bóveda con grandes ventanales y un coro rematado por una cúpula.

Mientras la parte escultórica de la decoración fue confiada en su mayor parte a Gianmaria Morlaiter, los elementos pictóricos de este gran conjunto rococó son obra de varios grandes maestros. 

Por un lado, Giambattista Piazzeta realizó un retablo que ensalza las figuras de tres ilustres santos que pertenecieron a la orden de los dominicos: Jacinto, Vicente Ferrer y Luis Beltrán.

La réplica de este retablo lo encontramos en otra obra de similar naturaleza pintada por Giambattista Tiepolo, y que representa a tres santas de la orden: Catalina de Siena, Rosa de Lima e Inés de Montepulciano.

Sin embargo, puede que la mejor muestra del uso del pincel de Tiepolo sean los episodios clave de la vida de Santo Domingo plasmados en los paneles del techo. La bella paleta de colores del maestro se muestra sublime en escenas como la aparición de la Virgen en la que se instituye el rosario para la oración.

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