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Esta estrecha franja de arena de 12 kilómetros de largo se encuentra a la entrada de la laguna de Venecia, y más allá de sus playas se encuentra el Mar Adriático. Antaño un retiro espiritual para artistas, como Percy Bysshe Shelley o Lord Byron, y un exclusivo lugar de vacaciones para las grandes fortunas europeas, hoy puede proporcionarte un entretenido día de excursión a sólo 10 minutos en vaporetto de la ciudad.
Como en la mayoría de destinos especializados en turismo de playa, el aspecto del Lido cambia radicalmente a finales de septiembre, cuando acaba la temporada, y hasta el verano siguiente. La mayoría de los hoteles cierran sus puertas entonces, para esperar que vuelvan las agradables temperaturas estivales.
Las playas se encuentran en la parte de costa bañada por el Adriático. Gracias a que aquí hay carreteras, puedes elegir el medio de transporte para recorrer el Gran Viale Maria Elisabetta desde la estación del transbordador hasta las playas de San Nicolò y las del Lungomare G. Marconi. Si te apetece, incluso puedes alquilar una bicicleta, algo muy popular aquí.
Antes de ir, debes saber que su pasado de sofisticación ha quedado ya muy lejos y ahora son conocidas por estar muy masificadas. Lo único exclusivo de estas playas es que los hoteles que las dominan ejercen un abusivo control de los precios de los servicios relacionados, como por ejemplo las hamacas, lo que puede encarecer considerablemente tu visita.
Los hoteles más conocidos son el Gran Hotel Excelsior y el Hôtel des Bains que, con su imponente aspecto, nos hablan de lo que pudo ser el Lido en las primeras décadas del siglo XX, con sus visitantes de la alta burguesía y de la realeza yendo hacia las playas con impolutos trajes blancos y con las toallas en ristre.
Si eres cinéfilo tal vez recuerdes que en la adaptación cinematográfica que Luchino Visconti hizo de la novela de Thomas Mann Muerte en Venecia, el torturado personaje de Von Aschenbach se alojaba en el Hôtel des Bains. La película ofrece diversas secuencias de playa que reflejan con rigor el esplendor pasado de este paraíso terrenal.
En la actualidad, el lujo y el glamour de los grandes hoteles se reserva para uno de los grandes acontecimientos que sacuden la vida cultural de la ciudad: la Mostra de Venecia. Con motivo de celebrar el cine de autor, cada año, desde 1932, desembarcan en el Lido las más rutilantes estrellas del celuloide para participar en las actividades de uno de los festivales con más solera del mundo.
El festival, que tiene lugar entre finales de agosto y principios de septiembre, ha visto pasar desde grandes directores europeos como Luis Buñuel, Alain Resnais y Michelangelo Antonioni hasta estrellas del Hollywood más reciente, como Cate Blanchett y Brad Pitt. Sus galardones más reconocidos son el León de Oro a la Mejor Película y la Copa Volpi, que premia las mejores interpretaciones.
Teniendo en cuenta que el Lido es una zona eminentemente residencial, son pocos los atractivos arquitectónicos que aquí podrás encontrar. Salvando Malamocco, un pequeño pueblo del suroeste en el que se encuentra un bello campanile construido a imagen y semejanza del de la Piazza San Marco, en realidad sólo te quedan por ver los restos de la fortaleza de San Nicolò, que se encargaba de controlar en otros tiempos el acceso a la laguna, junto a la que se construyeron en el siglo XI una iglesia y un monasterio. Puede que también te resulte interesante visitar el cementerio judío, que data de 1386.
Gran Canal (1A)
Ca’Pésaro (20)
Chiesa di Santa Maria Gloriosa dei Frari (22)
Palazzo Ducale (6)
Ponte dei Suspiri (10)
Santa Maria della Salute (42)
Basílica de San Marco (5)
Ca’Rezzonico (27)
Columnas de San Marco y San Teodoro (8)
Palazzo Grassi (26)
Ponte dell’Accademia (3)
Torre dell’Orologio (9)