Auténtica atracción para los madrugadores, ya que sus puestos cesan su actividad hacia el mediodía, el Mercato di Rialto es uno de esos lugares que te harán sentir bien porque, al mezclarte entre la población local, notarás que te estás distanciando de lo que hace la mayoría de los turistas. De hecho, si llegas a primera hora de la mañana, incluso podrás ver cómo se descargan las mercancías desde las barcazas.

Con más de 1000 años de existencia, este mercado, dividido en dos partes contiguas que se asoman al Gran Canal, es una auténtica institución en la ciudad. Por un lado, en la Erberia se venden toda clase de frutas y verduras, entre las que destacan las variedades autóctonas, como el radicchio.

En cambio, bajo las arcadas de la Pescheria podrás tomarle el pulso a la frenética actividad de los comerciantes que se afanan por vender los productos frescos, como cangrejos, sardinas o calamares, traídos por los pescadores de la zona.

Aunque el mercado es un lugar concurrido durante todo el año, tal vez el período estival es el ideal para que puedas sentirte parte de este festival para los sentidos, ya que para paliar el húmedo calor de Venecia hay pocas cosas más gratificantes que comprar una refrescante pieza de fruta, y mucho más si lo haces en la Erberia, conocida por sus ajustados precios.

Cuando hayas disfrutado del espectáculo de estas paradas, en las que podrás escuchar las más auténticas expresiones populares de la lengua de los venecianos, puedes quedarte a comer por los alrededores, que son especialmente ricos, tanto en cantidad, como en variedad, en bares y restaurantes.

Desde espléndidas pizzerías hasta establecimientos de cocina oriental, esta zona te ofrece de todo, incluyendo un local especializado en recetas cocinadas con calabaza o un exclusivo restaurante frecuentado por los más conocidos rostros de Hollywood durante la Mostra de cine.

Sin embargo, si quieres vivir una auténtica experiencia veneciana a buen precio, es aconsejable que entres en alguno de los bares del Campo delle Beccarie, que normalmente tienen como clientela fija a los comerciantes del mercado. La mejor idea es tomarse una copa fresca de vino blanco y alguna suculenta tapa de pescado. Dada la calidad de los productos que se venden en el Mercato di Rialto, es una apuesta segura.