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Piazza San Marco

Piazza San Marco (4)

Cada ciudad tiene su centro neurálgico, y en el caso de Venecia éste es indiscutiblemente la Piazza San Marco. A parte de ser lugar en el que se encuentran algunos de los principales monumentos de la ciudad, como por ejemplo el Palazzo Ducale o la Basílica de San Marco, esta plaza es el epicentro de la vida en Venecia. 

Durante centenares de años han tenido lugar aquí actos religiosos y civiles, como por ejemplo las más lucidas celebraciones del Carnaval. Hoy en día la plaza es un hervidero de turistas que, junto a las numerosas palomas, comparten con los venecianos el pavimento y, en las épocas de acqua alta, los tablones que los salvan de mojarse los pies. 

Su importancia se remonta al siglo IX, cuando el dux, que hasta entonces residía en Malamocco, se trasladó aquí, convirtiendo este punto en el centro del gobierno de la Serenísima República y, por tanto, en un eje esencial para el desarrollo administrativo, económico y social de la ciudad.

En un principio la plaza estaba dividida por el Rio Batario y era de mucho menor tamaño. En el siglo XII se cegó el rio y se aprovechó para hacer lo mismo con la dársena que aislaba el Palazzo Ducale de la plaza, lo que ayudó a que el espacio empezase a crecer en longitud. 

El palacio ducal y la basílica existían desde el siglo IX, pero fueron adquiriendo su imponente aspecto a través de sucesivas reformas, que en el caso del Palazzo Ducale se extendieron hasta bien entrado el siglo XV.

En cuanto a la plaza en sí, habría que esperar hasta el siglo XVI, cuando la República se planteó un profundo cambio, para que este espacio fuese acorde con la gloria comercial y militar de Venecia.

De esta época datan los intensos esfuerzos de Jacopo Sansovino para dotar la Piazza San Marco de la grandeza que se le suponía al que era, de facto, el patio de armas de esta ciudad-estado. De esta manera, el arquitecto se encargó de completar las Procuratie Vecchie, del lado oeste de la plaza, y restauró la basílica y el Campanile. Otra de sus espléndidas intervenciones fue la construcción de la Libreria Sansoviniana en la Piazzeta.

En el lado este de la plaza, en cambio, las Procuratie Nove fueron obra de Vincenzo Scamozzi, que también terminó la Libreria Sansoviniana. 

En el siglo XVIII se impulsó otro de los cambios que ayudó conferirle a la Piazza San Marco el majestuoso aspecto que despliega en la actualidad: la sustitución del pavimento de ladrillo por otro de grandes placas de traquita que forman intrincados dibujos geométricos gracias a los detalles realizados con piedra de Istria. El encargado de esta reforma fue Andrea Tirali. Finalmente, tras destruir la iglesia de San Geminiano, en el siglo XIX se construyó el Ala Napoleónica, situada entre las Procuratie Vecchie y las Procuratie Nuove.

Hoy en día la Piazza San Marco se nos presenta como un vasto y elegante espacio trapezoidal de 170 metros de largo que alberga bajo las arcadas de las procuratie tiendas de moda y exquisitos cafés como el Florian o el Quadri, que cuando el clima lo permite ofrecen a los visitantes sus terrazas con magnífica música en directo. Eso sí, prepara tu bolsillo, porque la exclusividad se paga cara.

Además de la basílica y del palacio de los dux, en la plaza podrás subir al Campanile, que ofrece estupendas vistas de la ciudad, y tendrás la oportunidad de visitar la Torre dell’Orologio, el Museo Correr y el Museo Archeologico.

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