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Basílica di San Giovanni e Paolo

Basílica di San Giovanni e Paolo (36)

Por cuestiones prácticas, los venecianos contraen los nombres de los santos Giovanni y Paolo y se refieren a esta iglesia con el nombre de San Zanipolo. Los antaño pantanosos terrenos en los que se asienta fueron acondicionados a finales del siglo XIII y una comunidad de dominicos impulsó la construcción del templo, que fue consagrado en 1430.

Auténtico icono del estilo gótico en Venecia, su rival directa en magnificencia ha sido traidicionalmente Santa Maria Gloriosa dei Frari. Mientras la estructura del edificio, que consta, por ejemplo, de cinco ábsides y una nave con bóvedas de crucería, es plenamente gótico, el bello pórtico es un elemento de transición que apunta a las futuras glorias arquitectónicas del Quattrocento.

Esta puerta de entrada prácticamente renacentista destaca sobre el fondo de ladrillo de la fachada y fue diseñada durante el siglo XV por Antonio Gambello. Algunos de sus elementos son dignos de mención. Sería el caso de los relieves atribuidos a Bartolomeo Bon y de las columnas de mármol, que proceden de una iglesia de Torcello.

El interior, sustentado por grandes columnas de piedra de Istria, alberga notables obras de arte, como los lienzos de Veronese que decoran la Cappella del Rosario, los frescos de Giambattista Piazzetta en el techo de la Cappella di San Domenico o el Políptico de San Vicente Ferrer, pintado por Giovanni Bellini.

La gran importancia de San Zanipolo reside, sin embargo, en el hecho de que constituye un enorme panteón en el que descansan los restos de 25 dux de Venecia. Los monumentos funerarios que aquí se encuentran demuestran con creces el arte de escultores de la talla de Pietro Lombardo, autor de los sepulcros de Nicolò Marcello y Pietro Mocenigo, y su hijo Tullio, autor de la espectacular tumba de Andrea Vendramin.

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