No siempre las iglesias más famosas son las de mayor tamaño. La demostración práctica podría ser Santa Maria dei Miracoli, escondida como una pequeña joya en el entramado de callejuelas del Cannaregio. 

Pese a su sencillez, ya que básicamente se trata de una sola nave cubierta por una bóveda de cañón, goza de una gran popularidad, sobre todo entre los más devotos y entre las parejas que buscan un lugar especial para contraer matrimonio. 

Santa Maria dei Miracoli fue concebida como capilla votiva para albergar una imagen de La Virgen y el Niño, obra de Nicolò di Pietro, a la que se le atribuye la capacidad de obrar milagros. La imagen se encuentra todavía hoy en el altar del templo. Auténtico monumento del Quattrocento veneciano, fue diseñada por Pietro Lombardo y construida entre 1481 y 1489 en un delicado estilo renacentista. 

Por su forma, rematada por un semicírculo, muchos la han comparado con un joyero. Su preciosa fachada, decorada con esmero con paneles de pórfido y mármoles policromados, constituye una de sus principales bazas estéticas. 

En el interior, dominado por mármoles de color blanco, rosa, y gris, hay algunas figuras esculpidas por Tullio Lombardo, así como numerosos bajorrelieves. En cuanto a la bóveda, está decorada con 50 retratos de profetas, santos y patriarcas. 

Entre 1988 y 1998, la iglesia fue objeto de una profunda restauración financiada por la organización Save Venice, que vela por la integridad del patrimonio de la ciudad desde las graves inundaciones de 1966. Hoy Santa Maria dei Miracoli vuelve a brillar con orgullo.